Charity Ames necesitaba un marido. Su tía Doris iba a visitarla y esperaba encontrarla casada. Pero Charity nunca había tenido tiempo para el verdadero amor. Incapaz de encontrar otra solución, llamó a una agencia de empleos. Quien contestó el teléfono fue Ross Carpenter, que lo que menos esperaba era ser contratado como marido eventual. Especialmente por Charity Ames, quien hacía lo imposible para desbaratar su último negocio. Ahora se le presentaba la oportunidad de ablandarla y convencerla. ¿Lo lograría?
