Cam Sterling estaba de vuelta en la ciudad y era tan fascinante como Ann Dupree lo recordaba. Él, desde luego, nunca se había fijado en ella. Después de todo, vivía en la mansión de los Sterling y ella al otro lado de la ciudad.
Ahora Cam estaba buscando esposa, pero Ann no pensaba volver a casarse nunca hasta que el deseo de él de encontrar una esposa se convirtió en algo tan tentador como sus besos.
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